miércoles, 1 de julio de 2009

Semana Santa


Viernes Santo es para muchos, el día mas sagrado del calendario, para el creyente representa la base sobre la que descansa su fe, el día en que Nuestro Señor Jesucristo realizo la hazaña más grande que jamás nadie pueda realizar; dar su vida por la salvación de la humanidad…

La formula es bien conocida por casi todos: con su muerte y resurrección, Jesús venció y lavo nuestros pecados, lo que muchos ignoran (o pasan por alto) es que lo único que tenemos que hacer es confesar que Jesús es el Señor y creerlo de corazón, ¿hace falta mas que eso?, No. La Biblia es muy clara al respecto cuando en Juan 3:16 dice que todo aquel que crea en Jesús será salvo.

Si es así, entonces ¿porque las diferentes religiones y hasta las comunidades que se autodenominan cristianas parecen hacernos llevar cargas pesadas para poner en práctica nuestra fe? La razón es bien sencilla: En el fondo no nos es suficiente vivir por fe.

¿Qué tan difícil puede ser esto? ¿Depositar nuestra confianza en un ser el cual se manifiesta de diferentes maneras, menos la que nuestra naturaleza exige: una tangible?

La historia misma del cristianismo esta plagada de ejemplos, a lo largo de ella vemos como la doctrina de espiritualidad legada por Jesucristo se ha tergiversado, desviado, adaptado y hasta contrariado; muestra de que el enemigo ha aprovechado muy bien esta debilidad del ser humano; y a pesar de que han surgido hombres de Dios que se levantan y dan lugar a reformas para volver al camino, al final de cuentas este “circulo vicioso” parece siempre volver a abrirse.

Lideres religiosos ponen especial énfasis una lista casi interminables de dogmas y preceptos como el bautismo, los sacramentos, la purificación, la reconciliación, la unción, la manifestación del espíritu santo, la ofrenda, el ministerio, etc., cada comunidad tiene cada uno de estos debidamente respaldada en la Biblia, pero ¿De que sirven si nos olvidamos de lo mas importante que es el primer y mas grande mandamiento de todos; “Amar a Dios con todo nuestro corazón, toda nuestra fuerza y toda nuestra mente”? ¿Que no en eso se resume lo que pide Dios de nosotros? ¿A poco no es cierto que, si acatáramos este mandamiento no serian necesarios todos los demás? El verdadero y genuino amor por Dios es la esencia de Su palabra, sobre ello esta fundado todo lo que los profetas y evangelistas han predicado.

Paradójicamente, en estas fechas de reflexión el mundo parece estar más perdido que en el resto del año, miles de vacacionistas salen en busca de fiestas y excesos; las autoridades registran más accidentes y desgracias en esta temporada que en cualquier otra del año, ¿Qué refleja esto? Que el mundo ha dejado a un lado lo mas primordial poniendo su atención en lo superficial… ¿acaso nosotros, hermanos, somos muy diferentes a ellos?

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