jueves, 13 de agosto de 2009

Que vivan toditos, toditos los feos

¡Qué tiempos aquellos de la prepa! Cuando era fácil idealizar a la mujer de tu vida por ser la más asediada del salón, ¿quién no se enamoró alguna vez de alguien que sentía que era inalcanzable? … Eerrrr… este… yo no… pero el amigo del primo de un compañero mío si ¡je, je, je!

Pero oh, decepción, resulta que aquella mujer inalcanzable, siempre no lo era, la alcanzó el capitán del equipo de basquetbol, casi 2 metros de altura, fornido y con cara de Flavio Cesar (para los de menos de 30 años, fue un cantante mexicano de éxito efímero, hermano de uno de los Magneto)

Sucedió que ella tuvo problemas con ese chavo, cuyos atributos no iban mas allá de lo físico, era mal hablado, flojo, borracho y arrogante, a mi me moles… digo, al amigo del primo de un compañero le molestaba la situación, siendo él un buen chico, de buenos sentimientos, inteligente y divertido ¡esa “$#%& vieja solo se fijaba en lo superficial! pero se le pasaba porque era hermosa, oh si… ojos grandes acaramelados, cabello sedoso, cuerpo de diosa… ¡un momento! ¿¿¿Que no estaba siendo exactamente igual de superficial??

Desafortunadamente así es la famosa cadenita, donde uno se fija en otro que se fija en otro y así sucesivamente, esto nos sucede sobre todo a los poco agraciados, necesitamos esforzarnos 10 veces más que los niños bonitos, y aun así la historia acaba mal, la gente bonita lo tiene todo; por eso no se esfuerza, por eso no desarrollan nada interiormente, quizás por eso los más grandes personajes de la historia han sido feos: Darwin, Einstein, Bill Gates… ¿y qué hay de los músicos contemporáneos? Los más grandes compositores son feos… espero algún día ser parte de ese grupo, al menos lo feo ya lo tengo.

Es algo cruel darnos cuenta de nuestra falta de atractivo, cuando descubres que tu mamá en verdad te quiere porque no comparte su opinión con el resto del mundo acerca de tu belleza… bueno, la belleza interior se discute aparte, pero mientras tanto, nos toca vivir esta vida condenado a solo soñar que algún día alguien te eche un piropo, je, je, je…

En fin, mi punto es… en realidad no es malo ser feo, lo malo es no aceptar ese hecho, al fin de cuentas, Dios nos hizo a todos a su imagen y semejanza y de seguro la belleza es un concepto meramente humano, lo importante es aceptarnos como somos y sobretodo ser nosotros mismos, cuando me veo al espejo digo: “Estoy bien defectuoso, pero aun así me gusto” y no necesito que alguien lo confirme o lo niegue, en lo que a mí y mi creador respecta soy 777 veces más bello que 666 Brad Pitts (el que sepa, que entienda).

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