
En fin, nació mi bebe, y así como nunca vi llegar el famoso quebranto en la iglesia, tampoco tuve un sentimiento que definiera el momento que estaba pasando.
unos meses antes paseaba con mi esposa y su panzota, y por un momento tuve un sentimiento primitivo de orgullo machista, ese que inconscientemente te hace querer decir “ ¡Hey! ¡Observen mi hazaña! ”, quizás eso contribuyo a mi llamémosle “apatía”; yo profeso la convicción de que el ser humano se reproduce por mero egocentrismo, ya que todos deseamos “dejar un legado” y nos conformamos con la efímera esparcion de nuestro ADN, muchos sin reparar en que verdadero legado le va a dejar a su prole, una educación, una guía, un futuro, etc.
A excepción de mi hermano que coquetea de repente con el cristianismo, el resto de mi familia está conformado por gente espiritualmente apática, dicen profesar su religión por mera tradición y la verdad temo por lo que se le inculque a mi hija dentro de ese ámbito, pero confío en que Dios me dará la sabiduría necesaria para transmitirle el evangelio de manera eficiente.
Respecto a lo que siento como padre, ahora veo a mi bebe sonreír y siento que nada mas importa en el mundo, sin embargo los sentimientos son simplemente eso… sentimientos, y sé que irán cambiando conforme se vaya desarrollando la relación padre – hija, No quiero que este regida por sentimientos, quiero que este regida por el verdadero amor que proviene de un Padre que ella y yo compartimos.
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